De Estrella a Patri. Te voy a llevar siempre conmigo, ricitos de oro.

Madrid, 23 de junio de 2019

Ay Patri, esta mañana me llamó tu mami para hablar conmigo. Pensé que tal vez estabas un poquito mejor, porque el último día que hablamos en mayo quedamos en vernos un viernes. Ese vienes me quedé esperando tu respuesta.

En junio, cuando estuvieras más recuperada te daría abrazos, mimos y te volvería a regañar por ser tan autoexigente.

Y Patri, tu madre me ha llamado para decirme que ya no estás.

He sentido un rayo en el pecho que me ha partido en dos. Pensaba verte en septiembre en mi nuevo estudio, como habíamos hablado.

Nadie me dijo nada hasta hoy, y ha tenido que ser tu madre la que me dé la noticia

La que me diga lo mucho que me querías y lo que hablabas de mí, de cómo ibas a aprender por fin a dibujar esos ojos que te traían frita!.

Escuchar a tu madre ha sido una de las cosas más desgarradoras de mi vida. Siempre me va a quedar ese vacío de no darte el achuchón “la semana que viene”.

Patri, como hablamos muchas veces, tienes un talento que traspasa el cielo, traspasa el otro lado. Tu talento y tu pasión, tu dulzura y tu coraje los has llevado contigo hasta el final.

Gracias por haber compartido conmigo tus sueños y tus miedos.

Gracias por tener siempre esas ganas de aprender, gracias por tu sonrisa, tu empatía y generosidad.

Te voy a llevar siempre conmigo, ricitos de oro.

Prometo ir a Granada a darle ese achuchón que te debo a tu madre.

Estrella

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