Patricia, estudiante de moda de 20 años, perdió la vida a causa de un linfoma. Sus diseños ahora son parte de un proyecto solidario que le ha devuelto la ilusión a su madre.
Granada
Sábado, 22 de abril 2023
Por su parte, Patricia Guardia sigue en su empeño de vender sus productos solidarios. Dice que le mueve ayudar. Y le sube el ánimo en los días más negros. «Si no me hubiera inventado esto, no sé cómo estaría. Estoy feliz de ver a la gente disfrutar de lo que hizo mi hija», admite. Seguro que Patri sonríe también desde algún lugar viendo la labor de su madre. Y estará infinitamente orgullosa de ella.
Cuando un hijo fallece, dice Patricia Guardia, solo hay dos opciones. La primera, lamentarse por la mala suerte, por la injusticia, el ‘¿por qué a mí?’. La otra alternativa, la que más cuesta, es tratar de sacar «algo positivo» de la situación más dura jamás vivida. Después de tocar fondo por la pérdida de su hija, una joven estudiante de moda de solo 20 años, decidió decantarse por esta segunda opción. El proyecto ‘Dentro de mí’, con el cual vende productos basados en las creaciones de su niña, le ha devuelto las ganas de vivir. Y, lo más satisfactorio, le ha llevado a donar más de 20.000 euros a fines solidarios. El último, neveras y e-books para las habitaciones de pacientes oncológicos granadinos.
La historia se remonta al 10 de febrero de 2019, cuando la joven Patricia, o Patri, como le gustaba que la llamaran, estudiaba Diseño de moda en Madrid. Despertó con un dolor en el pecho, creía que era neumonía. «Ahí empezó todo», recuerda su madre. Desafortunadamente, se trataba de un linfoma no Hodgkin muy agresivo que «no le dio tregua». Se la llevó en cuatro meses. Y su familia entró en un pozo del que era difícil salir.
Tras su partida, la madre de Patri recordaba aquellas conversaciones nocturnas con ella durante sus estudios en Madrid. «Me contaba lo feliz que era en la escuela. Estábamos súper satisfechos de que hubiese encontrado su vocación, su pasión. Por más que me decían que estaba muy grave, yo no lo veía, así que le dije que en ese paréntesis de su vida fuera pensando en su Trabajo Fin de Grado (TFG)», apostilla.
Patri comenzó a expresar lo que sentía, cómo vivía la enfermedad, como amaba la moda. El 29 de abril escribió un precioso texto que se convertiría sin saberlo en su carta póstuma. Comenzaba así: «Quizá escribir no sea lo mío, pero quiero expresar lo que hay dentro de mí». Esta última frase, «dentro de mí», daría nombre meses después al proyecto de su madre. «Dije: tengo dos opciones, pensar ‘pobre de mí’, o tirar para adelante, ya que tengo otra hija, a mi marido, a mi hermana…. Y vi la luz», manifiesta.
Marca patentada
Una amiga le planteó utilizar los diseños de su hija, cargados de originalidad. Y así lo hizo: era la mejor forma de darle vida a su TFG. Con la ayuda de la fábrica textil de su marido comenzaron a probar cómo quedarían. Y se hizo la magia. Patentaron la marca y crearon pañuelos y toallas. Durante las primeras semanas la familia iba regalando los pañuelos para comprobar las reacciones. A todos les encantaban y emocionaban a partes iguales, por lo que decidieron comercializarlos. Los venden en su web, dentrodemi.es; en la calle Tablas, número 8, de Granada; y a través de convenios de colaboración con asociaciones. Una tarjeta con aquellas primeras frases del escrito de la joven acompaña al producto. En breves lanzarán una nueva colección de pañuelos, con creaciones de la granadina inspirados en Japón que son una delicia.
Desde el primer momento lo recaudado fue a parar a fines solidarios. En total, uniendo también los eventos benéficos que ha organizado Patricia Guardia, lleva más de 20.000 euros donados. La inmensa mayoría ha ido a parar a la Asociación española contra el cáncer, pero su última aportación ha sido para la Asociación Relevos por la vida contra el cáncer juvenil, que ha adquirido veinte neveras y seis e-books para pacientes oncológicos.
El material se ha distribuido entre la décima planta del Hospital Virgen de las Nieves y la séptima del Hospital Clínico San Cecilio. «No es la primera vez que dona, lleva en total casi 4.000 euros, todo para mejorar la vida de los adolescentes y adultos ingresados en estas habitaciones», cuenta Maruzzella Romero, presidenta de Relevos, mientras le aprieta la mano fuertemente a Patricia. Ella también perdió a su hijo por la enfermedad. Sus miradas cómplices lo dicen todo.
Les cambia la cara
Aportaciones como las de Patricia Guardia llenan de vida las plantas de Oncología. Lo sabe bien Carmen Contreras, supervisora de Oncología Médica y Hospital de Día del Virgen de las Nieves, que recuerda la importancia de humanizar esta área. Maruzzella y su Asociación Relevos han sido «un soplo de aire fresco», ya que semanalmente organizan allí sesiones de bingo, musicoterapia, talleres, etcétera. «Parece insignificante, pero es muy importante para ellos, ya que en muchos casos pasan aquí largas estancias. Están encantados con cualquier cosa que rompa su rutina, les cambia la cara», manifiesta Carmen Contreras.
Por su parte, Patricia Guardia sigue en su empeño de vender sus productos solidarios. Dice que le mueve ayudar. Y le sube el ánimo en los días más negros. «Si no me hubiera inventado esto, no sé cómo estaría. Estoy feliz de ver a la gente disfrutar de lo que hizo mi hija», admite. Seguro que Patri sonríe también desde algún lugar viendo la labor de su madre. Y estará infinitamente orgullosa de ella
